Visionando este, un tanto dilatado film, encontramos claras resonancias, sin querer, de la novela; La carretera de Cormac McCarthy.
En La luz de mi vida, al igual que en la novela (aquí se trata de un guión original y no de una adaptación), el director se decanta por focalizar su historia alrededor de la relación entre un padre y una hija, el proceso aleccionador al educar, motivar y preparar a la menor para la supervivencia futura. Un futuro postapocalíptico, sin esperanza, como fondo (los instantes del recuerdo materializados como flashback, aquellos que se corresponden con la madre ausente, se contraponen con ese presente y futuro sin esperanza), y que queda en “un segundo plano”.
Esta es una cinta íntima, en definitiva, proclive a la palabra hablada, narrada con sobriedad y a la contra de todo efectismo.
Sinopsis: Un padre y su hija están atrapados en el bosque después de que una pandemia mortal alterara radicalmente el mundo.
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