El club de la lucha de David Fincher

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Al igual que el texto literario escrito por Chuck Palahniuk, este es un relato demente, purgante, desestabilizador. Lo son, además, sus personajes y sus desdoblamientos de personalidad.

La violencia de su visionado es toda una experiencia catártica, anárquica, terrible, horrenda. Esta nunca concluye, habita en lo psicológico y en el estado de ánimo. No existe  esperanza hay que destruir todo.

Hasta la salvajada aplasta y vulnera las convenciones narrativas de la ficción, pero también aquellas de índole plástica. Todo es furia. Todo es nihilismo.

Su lectura es un ataque directo continuado contra las normas sociales, el capitalismo, las ideologías, las relaciones sexuales y amorosas, la vida laboral, las enfermedades…

Sinopsis: Un joven hastiado de su gris y monótona vida lucha contra el insomnio. En un viaje en avión conoce a un carismático vendedor de jabón que sostiene una teoría muy particular: el perfeccionismo es cosa de gentes débiles; sólo la autodestrucción hace que la vida merezca la pena. Ambos deciden entonces fundar un club secreto de lucha, donde poder descargar sus frustraciones y su ira, que tendrá un éxito arrollador.