
Lo imprevisto y la infidelidad al sentido exacto de lo dicho son dos consideraciones a tener en cuenta al analizar un trabajo, en ocasiones difícil de catalogar, aunque si, en este caso, más claro de seguir, desde un punto de vista narrativo, de ahí surge, por ejemplo, un clarividente careo, ciertamente complejo y apasionante, entre la palabra y la imagen propiamente dicha, entre lo preciso y lo abstracto, entre lo sugerente y lo cabal y lo hipnótico…
Lo estético, en el film, adquiere una extraña densidad formal desde el tratamiento del color al sonido, el paisaje, la manera de aproximarse a como filmar los cuerpos y el movimiento, los rostros… Lo interesante es como esta densidad, mejor dicho, lo netamente atmosférico se torna decadente y actúa como hilo conductor hasta el punto de imbricarse con lo político, impregnándose la trama de abyección, aparentemente más definible, adoptando en su ser diversos géneros, que así mismo van siendo imprevisiblemente desarticulados, de manera un tanto inexplicable, rompiendo con lo discursivo, porque este mismo nunca esta cerrado, aunque si podemos afirmar que no se nos oculta una inexplicable meditación sobre la paranoia del poder y el patetismo político, los infundados delirios de grandeza, la miserabilización de la masculinidad.
2022: 2 Premios César: mejor actor (Magimel) y mejor fotografía.