Siempre juntos (Benzinho) de Gustavo Pizzi

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Visionando esta cinta, uno tiene la sensación de estar sintiendo una fracción, de un claro tiempo vivido. Retazos costumbristas concretos, que conforman la vida diaria, de un núcleo familiar de clase media baja, capitaneado por la madre (figura capital donde se concentra toda la tención). Simpatía y observación, heroísmo, ansiedad, frustración, sobrevivencia son las primordiales enseñas, que definen a este personaje femenino (extraordinaria interpretación de Karine Teles)

No siempre, en la cinta, sabemos la resolución concreta de las diversas problemáticas que se van sucediendo, es decir el cómo, sin embargo los asuntos espinosos se solucionan finalmente (también discurren aquellos retazos de crítica social). El continuo boicoteo acaba con nuestras expectativas narrativas. En resumidas cuentas, toda posibilidad desleal queda anulada. Se privilegia lo común de las vidas, los pequeños placeres cotidianos sentidos (esos instantes felices, son más bien fugaces, transitorios, sin embargo en el cielo habitan los nubarrones constantes y la melancolía también constante puede incidir bajo un tenue sentido del humor). Las catarsis, cuando surgen, son más bien formales, nunca resueltas como anécdotas.

Sinopsis: Irene es una ama de casa de Rio de Janeiro, que tiene cuatro hijos y ha acogido a su hermana y su sobrino, víctimas de malos tratos. Junto a su marido forman un clan muy unido pero han de lidiar con muchos problemas en su día a día.

2018: Festival de Málaga: Mejor película iberoamericana.

 

 

 

As boas maneiras de Marco Dutra, Juliana Rojas

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Sinopsis: La misteriosa y adinerada Ana contrata a Clara, una solitaria enfermera que vive a las afueras de São Paulo, para ser niñera de su hijo aún no nacido. Conforme el embarazo va avanzando, Ana comienza a presentar comportamientos cada vez más extraños, y siniestros hábitos nocturnos que afectan directamente a Clara.

Bien es cierto que la cinta no es del todo original, pero su discurrir si termina ser desconcertante.

La cinta se inicia como un drama naturalista no exento de tópicos. Más tarde va asentándose como un retrato sociológico sobre las diferencias de clase, a continuación comienza a derivar hacia una sugestiva y bien sugerente historia de deseo amoroso. En un instante concreto, elementos malsanos (opacos) al tiempo mágicos (oníricos) se introducen levemente, hasta el punto de abandonarse todo naturalismo inicial, mutando hacia el género terrorífico (reelaborar los mitos existentes del género), convenientemente aderezado con unos momentos musicales puntuales, que no logran estorbar el conjunto. Sin embargo el film, comienza a perder fuerza, justo cuando concretos conflictos comienzan a determinar y perjudicar a sus miembros y el entorno próximo. En ese preciso momento el terror se hará previsible, entrando en territorios reconocibles.

Reelaboración del mito popular y perenne del lobizón, As boas maneiras puede verse como el registro cinematográfico de una leyenda. Las imágenes de colores contrastados y muchas veces fantasiosos del gran Rui Poças (el director de fotografía portugués que supo unicarse detrás de la cámara de varios films de Miguel Gomes y también en Zama, de Lucrecia Martel) apoyan el tono buscado por los realizadores: una cruza de cuento de hadas moderno y para adultos con una mirada política sobre los diferentes, los desplazados, los marginales. Un poco como la reciente La forma del agua, aunque aquí la historia de amor sea estrictamente maternal. Y dolorosa. Los guiños a El hombre lobo americano están presentes y la película logra ingresar con éxito en el terreno del horror clásico cuando se lo propone (la escena del shopping fuera del horario de atención al público es un buen ejemplo), pero lo más interesante, atractivo y emocionante es que esa conjunción de elementos tan diversos den como resultado una película tan particular como bella (Análisis de la cinta por Diego Brodersen,  para la publicación Página 12)

2018: BAFICI: Premio Especial del Jurado – Mención Especial

2017: Festival de Sitges: Premio de la Crítica (Ex aequo), Sección oficial

Severina de Felipe Hirsch

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Sinopsis: El propietario de una vieja librería cae embrujado bajo el misterio de Severina: seductora y enigmática, de nacionalidad desconocida, ladrona de libros. El joven desorientado percibe que ya no puede confiar más en la fina línea que separa lo racional y lo irracional.

Adaptación de la novela escrita por Rodrigo Rey Rosa. Su aroma literario (también cinéfilo) nos seduce. Las resonancias literarias tienden a multiplicarse, y las citas no dudan ser reconocibles para el espectador (lector). La cinta, desde luego, acepta claras resonancias de los cuentos de Benedetti, pero no es el único autor hispano convocado.

La cinta se eleva, finalmente, como un enigmático laberinto borgiano de atmósfera gótica, que bascula entre lo extrañamente onírico, el ardiente amor obsesivo y lo inverosímil (tenazmente representado).

Transeúnte de Eryk Rocha

O ator Fernando Bezerra é Expedito, personagem principal do filme experimental

Transita, pasa por un lugar, está de paso, no reside transitoriamente en un sitio, sólo un instante, hasta que el tiempo lo alcanza – diccionario de la RAE-. Esta es la historio de Expedito, un jubilado que perdió a su esposa hace un tiempo, su identidad es devorada por la urbe, su dinámica, la inercia.

 

Transeúnte, una representación, una narración del mundo a través de imágenes, sonidos, jugando un importante papel, la memoria visual y sonora construyéndose una banda sonora a partir de vivencias, también los recuerdos de Expedito, que apacigua sus emociones mediante música –justo cuando se coloca los cascos de música cuando transita por la calle-, también a través de esta es como se relaciona con el entorno, su gusto por canciones románticas de índole melódica que escucha en un bar o las canciones entonadas para animar al equipo en el estadio cuando acude a un partido, pero el sonido, más bien el ruido de la modernidad que se trasforma se entromete, ruido monótono que es hostil, que expresa soledad, desesperanza, vida rutinaria, la del protagonista –el formato en blanco y negro acrecienta este carácter, nos sume en continuas reflexiones sobre la existencia,  el presente y pasado, el incierto futuro cruzándose, tantos indicios, tantas historias que confluyen en cada tramo de este deambular-

 

En definitiva Transeúnte diluye las fronteras entre lo real y lo simulado, plantea la identidad como cuestión.

A Erva do Rato de Júlio Bressane, Rosa Dias

Adaptación libérrima de dos relatos de Machado de Assis: La causa secreta y El esqueleto.

La cinta no busca explicaciones, prefiere abrirse a las interpretaciones, optando por la temática más que por la trama en sí. La compleja concepción de las imágenes es pura dialéctica. La luz articula y trasforma lo que se encuentra en la escena revelando lo invisible, potenciando lo sensorial (en este caso el deseo). La narrativa parece disolverse por el peso temporal. Esas acciones se encuentran desarticuladas (el tiempo tiene un carácter heterogéneo)

La cinta tiene un carácter intimista. El carácter de los personajes trata de crear un universo independiente cerrado al exterior. El hogar, sin embargo, está invadido por fuerzas externas, estas van haciéndose gradualmente patentes.

Entendemos perfectamente, en la cinta, esa línea divisoria entre lo imaginario perteneciente como característica al ser humano y los obstáculos que plantea el sexo. Al igual que el autor literario, el cineasta consigue encontrar el poder, pero también la amargura en los esfuerzos tragicómicos que hace el ser humano para preservarse de sí mismo, proyectando su voluntad en el otro o en los demás.

Sinopsis: Los personajes son Él y Ella. Mientras caminan por un cementerio, sin conocerse, Ella tropieza y cae. Él la ayuda y al saber que no tiene a nadie en el mundo, se ofrece a cuidarla para siempre. En casa, Él le sirve un té de hierbas y le cuenta un cuento: una historia sobre la arquitectura de la ciudad, el veneno de la viejas tribus indígenas y la misteriosa “Hierba de la rata”

A cidade onde envelheço de Marília Rocha

Esta es la historia de dos mujeres que comparten un mismo piso. Ambas viven en la ciudad brasileña de Belo Horizonte. Teresa y Francisca son portuguesas. Teresa acaba de llegar. Francisca lleva ya viviendo un tiempo en Brasil. Apenas sabemos nada del pasado de las protagonistas, somos testigos de cierto extrañamiento. La cinta se va abriendo a múltiples interrogaciones. La estructura formal de la cinta lo permite. La escenificación se edifica de manera naturalista. La improvisación de los diálogos es clave para narrar el encuentro. Las escenas se suceden unas a otras. La rutina cotidiana del día, sus pequeños detalles, las escenas que se representan sin apenas pretensiones, pero que lentamente van creando diversos significados. La interacción entre ambas nos permite saber acerca de sus motivaciones (sus dilemas) y sus cambios de carácter. Los personajes se funden completamente con el entorno, la ciudad es una experiencia vital para ellas.

2016 Mejor película Festival de Brasilia

Últimas conversas de Eduardo Coutinho

“Lo que me interesa es filmar el cuerpo,

 el que habla es el cuerpo”

Eduardo Coutinho

El documental se inicia con el propio realizador conversando frente a Jordana Berg (montadora). El documentalista duda acerca del proyecto que lleva acabo. No sabe cómo ha de acercarse a las nuevas generaciones.

Coutinho tiene algunas ideas un tanto preconcebidas sobre estos. También algunos perjuicios. El dilema surge, y si el equivocado es él. La tarea está clara: se debe avanzar. El proyecto debe avanzar. Durante nueves días a de dialogar con estos muchachos (as) cara a cara. Estos se convertirán en personajes, aunque no pueda profundizar según sus objetivos.

Para lograr su preciado fin, el veterano documentalista acude a repreguntar. Esto le permitirá reencauzar algunas conversaciones. La escucha activa, pero también compasiva de este, es crucial. Sorprendentemente los personajes van a aportar un material nunca imaginado.

En este trabajo la narración tiene el tempo de cada uno de los personajes protagonistas. Coutinho deja que el tiempo corra pacientemente delante de la cámara.

Esta estrategia posibilita el diálogo. Un dialogo posible. Durante la exposición de los mismos se presenta la paradoja de querer saber si el tiempo era otro  o era el que el propio documentalista les había concedido a cada uno de ellos.

Joao Moreira Salles y Jordana Berg han conseguido terminar el trabajo que el documentalista no pudo continuar por fallecimiento. Ellos han decidido dejar que sea el propio material quien hable por sí solo.

Los jóvenes dialogan, se desnudan frente al documentalista (la cámara siempre presente dejando extraer la voz y el rostro, mientras el documentalista permanece fuera de cuadro)), también se repliegan. Ahí está Coutinho para desandar el camino andado haciendo de la palabra una sublime y sencilla ética del discurso.

El ve a estos jóvenes lejanos con respecto a su generación, pero estos tienen una vivencia tan rica como la suya. Es a través de la palabra donde se potencia el discurso.

2015: Premios Fénix: Mejor documental

Aquarius de Kleber Mendonça Filho

La verdad y una más que transparente sinceridad discurren por las venas de este franco, a la vez expansivo y lumínico film brasileño (sus personajes, sin afectación alguna, son lumínicos). Su sencillez expositiva es clara, mejor aún sincera. Tamaña magnitud y grandeza consigue atrapar los sentimientos y las emociones de todos y cada uno de los personajes, evitando posibles engolamientos, subrayados innecesarios, sentidos trascendentales vanos.

Aquarius, es en verdad, un retrato virtuoso de una mujer viuda de unos 65 años, superviviente de un cáncer, que se enfrenta a los más que oscurantistas intereses especulativos de una inmobiliaria que pretende miserablemente echarla de su casa para así poder construir nuevos apartamentos. Ella se niega en rotundo. Clara contempla el mundo con distancia, pero también con entereza y sapiencia. Clara es determinante, defiende su libertad, su universo (un universo que bebe de fecundas raíces emocionales, también biográficas), el gozo de la vida. Sonia Braga hace posible con su interpretación estas premisas.

Además, Aquarius no solo encuentra su verdad en lo íntimo, sino que en un momento dado esa intimidad va derivando en lo político, adquiriendo la cinta un sentido metafórico político pleno, que alcanza lo colectivo. En definitiva, una sonora advertencia de un mundo capitalista salvaje que se cierne sobre la humanidad (y no solo sobre la realidad de Brasil).

Boi neon de Gabriel Mascaro

El director brasileño se adentra en el espectáculo llamado Vaquejadas (una especie de rodeo americano) intentando establecer dentro de este y entre sus personajes un más que aparente diálogo entre la tradición y el progreso, en consonancia con la evolución desigual que afecta al país -ese equilibrio que habita en la relación entre los personajes dentro de ese universo tradicional y remoto parece encontrarse constantemente al borde de la ruptura-.

Las mutaciones sociales y económicas de Brasil parecen encontrase como trasfondo (como hemos podido levemente apuntar con anterioridad). Pero el mayúsculo encorsetamiento del artificio narrativo da al traste con una visión más amplia sobre las nuevas encrucijadas sociopolíticas que sufre el país. Las posibilidades son tenues.

Si podemos apuntar algunas leves ideas: Se nos propone un juego de contrastes en el que se impone lo instintivo, una sexualidad a tramos irrefrenable que acentúa el lenguaje corporal (hombres y mujeres conviven con las bestias hasta mimetizarse con las mismas). Los estados de ánimo prevalecen sobre las acciones. La irrupción de personajes fuera del entorno rutinario despierta pasiones –estas se representan mediante una sensualidad tempestuosa-

2015: Festival de Venecia (Sección Horizontes): Premio Especial del Jurado

Sinopsis. Iremar trabaja en las Vaquejadas, el tradicional rodeo del noroeste de Brasil. Su casa es el camión que transporta los animales de uno a otro show y que comparte con sus compañeros: su compadre, Zé, Galega, una bailarina exótica y conductora de camiones, y su alegre hija Cacá. Pero el país está cambiando y la creciente industria textil de la región infunde nuevas ambiciones en Iremar, que empieza a soñar con el diseño de moda.

 

 

 

 

 

 

Casa Grande de Fellipe Barbosa

Es de noche. Somos testigos a través de un plano secuencia estático cómo una familia se recoge y va plegándose en sí misma. Esta familia habita en el interior de una Casa Grande. Es ya la hora de acostarse tras la jornada. Es la hora de descansar. Es la hora de dormir. Ese núcleo familiar pertenece a la élite brasileña. Son tiempos de crisis, de corrupción. En gran parte esa clase alta ha propiciado y auspiciado dicho tiempo. Ese instante histórico convulso y de incertidumbre que atraviesa Brasil sirve de contexto de esta historia –la nula aceptación por parte de las elites de cualquier política social promulgada por el gobierno que ampare a los que menos tienen, este rechazo se muestra en la relación existente en el hogar entre los señores y los criados-. Es en el fondo, también esta, una historia de iniciación: Un adolescente con altos sueños, un día su núcleo familiar  deja de satisfacerle económicamente, su presumido mundo pijo se derrumba. El enorme acierto de la propuesta consiste en saber fundir ese trasfondo histórico, que hemos anotado, con el nivel privado del argumento –lo que acontece en el interior del hogar, de puertas hacia adentro-, identificándose y volcándose en los terrenos del viaje iniciático de ese adolescente, que crece con el deseo de poseer a su criada y se debate por los amores que siente hacia una muchacha pobre de su misma edad.