Ashkal de Yousseff Chebbi

En esta interesante, a la vez compleja cinta filmada como un documental se funden líneas provenientes del cine negro sin desdeñar la crítica social y política, incluso religiosa de un país, con las formas clarividentes del cine fantástico y de terror, todo ello sin renunciar a un mensaje metafórico lleno de matices (y no solo escenográficos) y sugerencias y atención por el detalle, que tiene mas bien que ver con la renuncia a tener una identidad propia.

Puan de María Alché y Benjamín Naishtat

En tono de atenuada comedia, a priori, en sus primeros compases; sin embargo, realmente Puan, en su trayecto, va virando hacia la amargura (y no la melancolía), y en este, se entreveran claramente dos cuestiones; lo privado y lo público (no solo  se expone la crisis personal y docente y familiar que sufre un profesor universitario, en primer término, sino que también somos testigos de como la realidad social y política también se integra como conflicto, hasta el punto que en su totalidad este film se trasforma en un retrato social de problemáticas latentes, en tiempos de cancelación, donde prima la rentabilidad sobre la utilidad del conocimiento y del pensar, y donde los valores democráticos se estrangulan dando paso al populismo fascista).

2023: Festival de San Sebastián: Mejor interpretación protagonista (Subiotto) y guion.

The Palace de Roman Polanski

Más bien apolillado y sin un gramo de interés se define este desganado trabajo -dirigido por uno de los grandes maestros de la historia del cine- cuyo poder sardónico y de trazo grueso nos resulta lejano, inconsistente y sin la mínima gracia, tanto en la definición de sus guiñolescos personajes como en las acciones que se suceden, a modo de burdos y consabidos sketches prendados por una mala lectura de las enseñas de identidad de la comedia americana clásica.

Disco boy de Giacomo Abbruzzese

Hay una extraña sensación tras el visionado de esta primera obra, por un lado, cierta sensación de confusión (transitar diversos géneros y exponer diversas ideas sin concreción alguna generando confusión y cierta carencia de organicidad, lo que puede llevarnos hacia cierta incapacidad de reflexión a la hora de plantearse diversas lecturas), por otro; como si todo aquello que se nos haya querido contar, en menor medida, pudiera dar la impresión de haberse visto con anterioridad.

Desde el punto de vista formal la cinta apuesta por la osadía visual y sonora (idea sensorial, hipnótica, fantasmagórica, inmersiva), la acción y el gesto, con la virtud de querer hablarnos de la identidad, de los cuerpos en tránsito y de la migración (la búsqueda del entendimiento entre razas) y de las nuevas vías de la organización colonialista.

Forma y fondo, continente y contenido se desentienden.

2023: Festival de Berlín: Contribución artística sobresaliente (a la fotografía, Helene Louvart).

El mal no existe de Ryûsuke Hamaguchi

De lo imprevisible (la secuencia inicial, por ejemplo, cono si se tratase de una obertura rima con la de cierre, sellando un tono conmovedor), el espectador cree seguir una línea, un enfoque, pero la narración vira, y va dando oportunidad a la palabra, en un instante dado (justo cuando la vida cotidiana se abre paso), y cuando pensábamos que nada iba a ocurrir, y sin signos anticipatorios, este film reivindicativo emigra a una tragedia existencial de resonancias chejovianas, y cuyo final queda completamente abierto, dejándonos anonadados, al tiempo que fascinados.

Sinopsis: Takumi y su hija, Hana, viven en un pueblo cercano a Tokyo. Su vida se verá profundamente afectada cuando descubren que cerca de su casa se va a construir un glamouroso camping para que los habitantes de la ciudad hagan escapadas cómodas a la naturaleza. Cuando dos representantes de una empresa de Tokio llegan al pueblo para celebrar una reunión, queda claro que el proyecto tendrá un impacto negativo en el suministro de agua local y provocará problemas. Las intenciones de la agencia ponen en peligro tanto el equilibrio ecológico de la meseta como su forma de vida, con consecuencias que afectan profundamente la vida de Takumi.

2023: Festival de Venecia: Gran Premio del Jurado.

Music de Ángela Schanelec

Como espectador se acaba extenuado tras el visionado de una cinta tan atrevida como opaca, para algunos de difícil digestión, para otros inusual más bien un misterio, y cuyas raíces han de buscarse en la tragedia griega, concretamente en Edipo (dicho mecanismo de vocación intertextual incorpora resonancias heterogéneas que van de Sófocles a Bresson, pasando por Bretch, Straub).

Es cierto que la condición de los planos es cristalina pero narrativamente se nos niega toda facilidad de comprensión, qué se nos quiere contar, y todos son obstáculos, otros dirán que realmente se trata de un trabajo que trata de cotarnos la historia de una manera diferente, pero qué historia.

El arco temporal comprende diversas décadas, pero se trata de una misma trama o no.

Las elipsis se imponen en el supuesto relato, es verdad, y de manera férrea, y la información que se expone quedan las dudas.

La música es el hilo conductor, parece, pero cuando emerge resulta ser una embriaguez que aparece intermitentemente con una intencionalidad lírica, dentro de un film que ha desertado de serlo o es más bien un atonal trabajo conceptual que debemos descifrar.

2023: Festival de Berlín: Mejor guion.

Sinopsis: Un niño crece con sus padres adoptivos en Grecia. A la edad de 20 años comete un homicidio. Mientras cumple su condena, se enamora y tiene un hijo con una mujer que trabaja en la prisión. Ambos desconocen una relación impensable entre ambos.

El árbol de las mariposas doradas de Pham Thien An

Un terrible accidente constituye ser el motor de la acción, por el cual el protagonista, hace tiempo perdido en la urbe, regrese a la tierra, a sus orígenes, donde doblemente, y ya en los lugares de procedencia, volverá nuevamente a perderse dentro de las profundidades rurales de Vietnam, conduciendo el film hacia otros sitios, que no cejan de ningún modo de ser una búsqueda continua y sin fin.

Sinopsis: Un reticente Thien debe llevar el cuerpo de su cuñada, fallecida en un extraño accidente de moto en Saigón, y a su hijo Dao, de cinco años, que sobrevivió milagrosamente al accidente, a su pueblo natal en el campo. Thien emprende la búsqueda de su hermano mayor, desaparecido años atrás, para entregarle a Dao. En el camino, Thien tiene una serie de sueños sugestivos y encuentros cautivadores que reavivan recuerdos reprimidos y deseos prohibidos. En el laberinto de estas búsquedas fantasmales, Thien se enfrenta a su propia crisis existencial sobre por qué merece la pena vivir.

La primigenia condición realista y casi documental de la cinta va adentrándose en los terrenos del misterio de lo fantasmal, lo onírico y lo profundamente místico, siempre teniendo como razón, nada racional, la muerte, hasta el punto de ir transformándose en un relato completamente diverso y diferente, sin dejar de fusionarse con su punto de partida, y mostrando una diversidad de niveles que contemplan diversos encuentros con los otros, y a través de estos se ponen en consideración asuntos como el valor de los rituales y la fe, el destino, las huellas del traumático pasado histórico,  pero también la trascendencia, los anhelos y la frustraciones que surgen del interior de Thien…

Formalmente la cinta esta rodada en largos y sostenidos planos secuencia y leves movimientos de cámara motivando la búsqueda del enfoque (es vital la relación del espacio con los personajes) dándose la posibilidad de alcanzar ricos a la vez que hermosos hallazgos y no solo visuales, también sonoros (los reencuadres a través tanto de puertas como ventanas, la importancia de la naturaleza y también de los animales dentro del plano, la multiplicidad de juegos con los reflejos de deformantes espejos, la fuerza de la composición a través de líneas y colores).

2023: Festival de Cannes: Cámara de Oro: mejor ópera prima.

Civil War de Alex Garland

Los Estados Unidos están en guerra civil, son tiempos de polarización política brutales, indefinibles, imprevisibles, ambiguos…Este es el contexto de un prefabricado film que intenta huir de los convencionalismos del cine de acción y bélico para abrazar de lleno los parámetros del cine apocalíptico y de terror, donde las preguntas son más insistentes y abundantes que claras las respuestas.

Nader y Simin: una separación de Asghar Farhadi

La  búsqueda  de  la  verdad,  una  verdad  que  se  oculta,  que  ocultan  sus  personajes  por  las razones que sean, esta idea inmanente se viene a desarrollar dentro de la trama, es decir  conducir  al  espectador  al  desvelamiento  de  la  verdad,  aunque  siempre  surgen  dudas,  al  tiempo  mediante  esa  escenificación  casi  teatral,  en  interiores,  siempre  verosímil,  vamos  descubriendo  el  carácter  de  los  personajes  –al  igual  que  su  anterior  trabajo  A  propósito  de  Elly-  y  la  lógica  que  no  deja  paso  al  azar;  todos  mienten,  pero  todos dicen la verdad, algo ocultan, algo se nos escapa, un matiz,  constituyéndose en definitiva  metáfora  de    las  propias  contradicciones  de  una  sociedad,  siempre  desde  una posición de narrador omnisciente.

El drama parte de una situación en calma, de una situación cotidiana,  un problema o conflicto generado que percute sobre el desarrollo de los acontecimientos trazando un retrato coral de un país. En este caso no se trata de ahondar en la problemática moral del divorcio, aunque la cinta comience y finalice con los protagonistas ante el juez, sino que  este  hecho  constituye  una  especie  de  espoleta  que  activará  todo  un  mecanismo  dramático,  a  modo  de  thriller,  sin  abandonar  una  serie  de  temas  que  circulan  una  y  otra  vez  por  nuestras  retinas,  la  responsabilidad,  las  consecuencias  de  nuestros  actos,  la  moral  religiosa  como  condicionante,  el  machismo  y  el  papel  de  la  mujer,  las  diferencias sociales, la mirada infantil inocente ante el drama.

Oso de oro Festival de Berlín de 2011.

Oso de plata Festival de Berlín de 2011, mejor actor, todo el elenco masculino; Peyman Moadi, Shahab Hosseini y Babak Karimi.

Oso  de  plata  Festival  de  Berlín  de  2011,  mejor  actriz,  todo  el  elenco  femenino;  Sarina  Farhadi y Sareh Bayat.

Vincent debe morir de Stephan Castang

No mirar a los ojos de la gente esa es la idea (percibir la existencia del otro significa eliminarlo), el punto de partida del que parte esta cinta un tanto caprichosa. cuyo desarrollo es repetitivo y que va desfalleciendo inexorablemente hacia un final un tanto pirotécnico, además de previsible.

Este es el resultado final de esta cinta que se inicia como una comedia de tintes negros que va mutando hasta convertirse en un film de zombis, pasando por una historia de ínfulas románticas.