El caos, ante el caos, cierta confusión en fuga, descoloca el relato, una puesta en escena fragmentada, pero siempre elíptica, que va adquiriendo cierto orden gracias a una estructura que se va delimitando finalmente a través de Flashbacks- se narran los sucesos, con los que se abre y cierra la trama-, imponiendo una circularidad sin dejar en ningún momento que la realidad circundante solo es comprensible a través del yo, es verdad que quedaran cuestiones irresolubles; indefinición –lugar, personajes, también acciones, motivaciones probablemente-, que abarca las relaciones entre María – excepcional Isabelle Huppert- y la familia Vial, como la relación con El Boxeador y la revolución –es decir las circunstancias históricas que rodean el levantamiento de ese incierto país africano-, el pasado de las criaturas y sus interrelaciones –que totalmente desconocemos-, aunque todos ellos están tocados por la tragedia, tendentes a la autodestrucción, al no apego a la tierra, al sacrificio, solo María, solo María apegada a la tierra.